TRIANGULAR Y SEGURIDAD EN EL MAR
Saber triangular con rapidez en el mar es un elemento clave. Aporta seguridad en el mar y más en apnea. En primer lugar nos permite saber donde estamos posicionados en el agua, lugar donde no hay señales de tráfico. Esto facilita acceder a los puntos de inmersión o a las boyas de entrenamiento. También nos permitiría comunicar nuestra ubicación en una situación de emergencia. En este artículo voy a contar el caso de como estableciendo una rápida triangulación pude encontrar una plomada perdida en el mar en un día de mala mar y corrientes.
Lo primero que quiero decir es que las fotos que aparecen en este artículo son las que realmente utilicé para poder localizar la plomada. Esto le da un punto de autenticidad ya que no es atrezzo, son las fotos reales de aquel día, menos está primera. Comencemos la historia.
(Foto de archivo del móvil que me permitió hacer una rápida triangulación con olas y corriente en el mar)
UNA HISTORIA REAL
Era verano en Tenerife y mi amigo Pedro y yo nos disponíamos a entrenar apnea en el mar cerca de casa. Los fondos justo delante de mi casa exigen nadar muy adentro si se quieren coger profundidades así que decidimos posicionarnos sobre unos 15 metros lo cual nos requirió alejarnos de la orilla unos 250 metros. El mar parecía tranquilo pero sabíamos que en poco tiempo el viento subiría. En verano suelen azotar los vientos alisios procedentes del noreste. Esto también levantaría algunas olas con lo que no disponíamos de demasiado tiempo.
Desafortunadamente para nosotros todo sucedió mucho antes de lo esperado. Cuando llegamos al punto de inmersión el mal tiempo ya estaba encima. Para acelerar el montaje de la línea opté por agarrar la plomada y lanzarme con ella al fondo al estilo «no limits» (en lugar de usar el procedimiento habitual mucho más seguro de descenso lento con un mosquetón de seguridad). La mala suerte se suma a las prisas provocaron lo impensable.
La anilla sujeta el plomo se abrió y todo el invento se soltó a mitad de camino. Al llegar al fondo ví que el plomo ya no estaba agarrado a nada más que a mi mano. Regreso a la superficie notando también que la visibilidad es de apenas unos metros. Mientras la corriente, el viento y las olas seguían creciendo.
LA TRIANGULACIÓN
Ante esa situación lo primero que dice fue descansar unos segundos. Algo recuperado volví a bajar pero la mala visibilidad, los nervios y la mala suerte no me permitieron encontrar la plomada. A partir de este momento es cuando por fin comencé a actuar usando la cabeza. Al salir a superficie de mi fracaso intento de rescate saqué de la boya mi teléfono de emergencia (tengo un «Crosscall Shark X3») y saqué una foto frontal hacia la orilla y otra más lateral. ¿para qué? Pues para hacer una triangulación.
Para hacerlo imaginé que eres el vértice de un triángulo. Desde ese vértice lancé dos líneas hacia la orilla separadas al menos unos treinta grados En cada posición tenía que ser posible alinear 2 objetos, uno frente al otro. De esa manera si regresaba otro día nadando podría calcular el lugar de la pérdida con una cierta precisión. Ya podíamos regresar a casa ya que por seguridad no era conveniente seguir en el mar más tiempo del necesario.
(la foto real está a la última, la superior es obtenida de Google Earth y la uso como referencia extra cuando la foto real tiene una calidad pésima como es el caso)
AHORA TOCA TRABAJAR EN CASA
Esto no quiere decir que encontrar la plomada iba a ser un objetivo fácil. Con la seguridad que aporta estar sentado en casa pude ver las fotos en un ordenador lo cual me permitió ampliarlas para intentar alinear los objetos, lo cual no fue nada fácil por la baja calidad de la imagen debido a la distancia pero lo puede hacer. Al realizar la triangulación después de dos bajadas al fondo y existir corriente mi cuerpo se había desplazado de la zona y la triangulación realizada casi un minuto después de perder el objeto ya no era correcta.
Esto hizo necesario establecer un factor correctivo para ese minuto que tardé en sacar la foto considerando la corriente existente ese día, su intensidad y dirección. Podría haber usado el programa «Navionics» pero decidí hacerlo a ojo. Así si no encontraba el objeto en el punto sabría en qué dirección debía hacer las correcciones. Estos cálculos serían muy útiles para el éxito de la operación.
(aquí ven como podemos calcular la alineación de las montañas y su posición detrás de las casas)
DE VUELTA AL MAR
Tres días más tarde con el mar más tranquilo regresé a la zona. Nadé aproximadamente los 250 metros mar adentro y busqué mi posición. En las primeras bajadas no tuve éxito así que empecé a aplicar el sistema de búsqueda de rescate en círculo aplicando el factor correctivo de la corriente de aquel día. Después de varias inmersiones de búsqueda logré localizar mi kettlebell gracias a la triangulación realizada.
Al final del blog les dejo un video del momento real cuando encontré la plomada y la arrastré hasta engancharla con la línea guía para posteriormente poder elevarla desde la superficie y traerla de vuelta a casa. Esta misión buscando en apnea a 250 metros de la orilla y 15 metros de profundidad (es decir sin visibilidad desde la superficie) habría sido una misión imposible sin haber hecho anteriormente una triangulación. Es por ello que considero esta técnica como clave para la seguridad en el mar.